Relevancia. Esa es la palabra que define hoy en día a empresas como Apple y Samsung en el mundo de la movilidad. Esa relevancia actúa como un invisible motor de ventas y de crecimiento de la marca y de sus desarrollos, y permite que todo lo que hagan esas empresas relevantes parezca tener mayor calado.
Y es precisamente lo que parece faltarles a otras como BlackBerry, Nokia, o HTC, firmas que tratan de luchar precisamente contra esa carencia y contra la singular apatía que han causado sus últimos e importantes lanzamientos, algo que se ha demostrado en una reciente encuesta.
Datos preocupantes para BlackBerry
Aunque se trate de una sola encuesta y de estar únicamente restringida al mercado estadounidense, el estudio realizado por la consultora MKM dejó clara esa falta de relevancia por parte de Blackberry: un 82,6% de los 1.500 encuestados reveló no haberse enterado del lanzamiento de BlackBerry 10.
El dato fue también malo para Windwows Phone 8, pero no tanto: un 60,5% de los participantes en el estudio reconocieron no haberse enterado tampoco del lanzamiento de Windows Phone 8 y de la disponibilidad de terminales con este sistema operativo.
La muestra manejada por MKM era relevante: un 51% de los encuestados tenían smartphones, más del 39% compraron uno nuevo en los últimos 6 meses, y más del 37% planeaban comprar uno nuevo en los próximos 12 meses.
Y en esa intención de compra, el 44,5% no tenían claro qué comprarían, pero de los que sí lo tenían, tan solo el 5,9% apostaría por BlackBerry (y un decepcionante 0,7% por un dispositivo de Nokia).
Los datos favorables se los llevaban las empresas que hoy en día dominan el mercado móvil: un 19,6% apostarían por un móvil de Samsung, y un 17,7% lo harían por uno de Apple, confirmando este último dato el especial protagonismo que sigue teniendo la empresa de Cupertino entre el público norteamericano.
¿Qué hacer para recuperar la relevancia?
Lo cierto es que tanto Nokia como BlackBerry han dado pasos importantes para tratar de recuperar esa relevancia que antaño les sobraba. En ambos casos se tardó en reaccionar ante la llegada del revolucionario iPhone. Nokia eligió el camino de la alianza con Microsoft para convertirse en el principal representante de la plataforma Windows Phone, mientras que BlackBerry ha preferido mantener su identidad total y lanzar un renovado sistema operativo y una plataforma que se equipara en interfaz y prestaciones a las de otros fabricantes.En ambos casos los pasos son aparentemente interesantes y correctos, pero la tardanza en asumir esas decisiones puede haber sido demasiado perjudicial. Mientras ambas empresas se decidían, otras como Samsung, LG o HTC se aprovechaban del tirón de Android e iban ganando un terreno que antes les estaba vetado.
Así pues, tanto en Nokia como en Blackberry solo queda tratar de seguir haciendo las cosas lo mejor posible. Los nuevos Nokia Lumia siguen demostrando su calidad pero también hacen más accesible que nunca la plataforma (los Lumia 520 son el mejor ejemplo), mientras que BlackBerry ha creado un terminal sobresaliente con el Z10 —que nuestros compañeros de Xataka analizaron en profundidad— y el Q10 que comenzará a hacer su aparición muy pronto también permitirá crecer a la empresa.
Sin embargo parece que Blackberry lo tiene algo más difícil: el modelo Apple del yo me lo guiso, yo me lo como es cada vez más complicado de defender, y BlackBerry ha perdido alguna de sus bazas, como su célebre BBM, ahora algo olvidado tras el éxito de servicios multiplataforma como WhatsApp. Sin embargo su relevancia (de nuevo vuelve ese término) en la empresa sigue siendo uno de los pilares de una empresa que no debe apresurarse y que debe seguir defenciendo esa importantísima pata de negocio.
HTC, relevancia y marketing
Lo que es cierto en el mundo BlackBerry y en el mundo Windows Phone con Nokia no es menos cierto para algunas grandes del mercado Android. El ejemplo más claro es HTC, que pese a haber contado con una popularidad excepcional, en los últimos tiempos ha ido perdiendo terreno tanto frente a la omnipresente Samsung como frente a otras firmas que antes no podían hacerle sombra.Lo comentan en medios especializados como TechCrunch, donde con un “Hacer el teléfono perfecto no es suficiente“ analizan el hecho de que a pesar del lanzamiento del fantástico HTC One, la firma tiene un problema fundamental: el marketing.
Lo explicaba muy bien Benedict Evans, analista de Enders Analysis, que en ese artículo dejaba clara la situación:
HTC tiene un problema de escala. El año pasado a estas alturas tanto ella como Sony lanzaron nuevos productos excelentes, y ambas fracasaron. Todo el mundo dice que el HTC One tiene mejor pinta que el Samsung Galaxy S4, pero sin presupuesto para marketing y ventas, no podrán llegar a suficiente público. Hacer las cosas bien en el hardware es condición necesaria pero no suficiente en este negocio. Ahora están en un círculo vicioso en el que tienen que recortar sus presupuestos de marketing para mantener el flujo de caja bajo control.Esa idea también era confirmada por GigaOm, donde analizaban los últimos resultados fiscales de la empresa taiwanesa y donde también apuntaban a algunos errores (como la inversión de 300 millones de dólares en Beats Audio, que no ha sido tan relevante) y precisamente apuntaban al insuficiente marketing y, atención, a la escasa apuesta software en la que Samsung —como demostró con el S4— parece haber dado un salto de calidad.
Conclusiones
La relevancia parece ser la clave. Hace que una empresa que posea esa virtud parezca no cometer errores, y provoca que la empresa irrelevante tenga que hacer muchísimos más esfuerzos para demostrar que sus productos y soluciones son tan buenos (o mejores) que los de la competencia. El marketing parece ser una de las claves para recuperar esa relevancia, pero como indicaba el analista citado en TechCrunch, esos costes no se pueden asumir si la situación financiera no es la adecuada. Y por supuesto, la situación financiera no es la adecuada si la relevancia no ayuda.Difícil solución al problema. La receta: seguir trabajando duro y lanzando buenos productos. Pero a veces ni eso sirve. Sigh.
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